que va en contra de la gravedad.
El tiempo se ralentiza,
casi se detiene.
Cuentas cada segundo,
cada suspiro.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh_DrkMcpUEaHMJ-W4mAoALVBscQjSF-HBCog2jIeai2LGLJIxqH9QER_Ivc1G9hWbH-lhJS7bWMdxKNNADBqcGwIgamOzTY-eDiWYT3G27PeaQUJFj8QDTaC6mzmXF8yopEEzG9mD6Ucg/s320/tin-man-1176557_1920.jpg)
tu corazón ya no responde,
acaba de ser hecho añicos.
Observas con detenimiento,
con amor y dolor,
la espalda de la persona
a la que tanto amas
dejándote con su último 'adiós'.
Ahora estás como un muñeco de hojalata:
frío, rígido y sin corazón.