La pluma del escritor crea vida
posándose en el papel vacío
como si fuese haciendo su nido
el pequeño ave que se retiene de la ida.
De negra tinta se dibujan letras,
letras de las que nacen historias
en las que antagonistas hacen de sus tretas.
El héroe se convierte en el centro de nuestra atención y
euforia;
imagínatelo, toda esa
vida
más allá de un paisaje lleno de ciudadelas
y si observas el horizonte verás más que unas cuantas
colinas,
verás las hazañas que harán al ídolo de las masas con la
gloria.
Ven, sígueme
y te mostraré un mundo
que solo podrías soñar.
Mundo con un sinfín de aventuras,
sinfín de amores,
sinfín de desventuras.
En el que si lo deseas
serás capaz de volar,
de arriesgarte por lo que creés,
y por todo lo que amas, poder luchar.
Ven, acompáñame,
piensa en las maravillas que descubrirás.