Del lobo aprendimos a cazar;
del ruiseñor, a cantar.
Somos lo que aprendemos
y lo que hacemos con ello.
Del águila aprendimos a volar;
de la araña, a tejer;
del pez, a nadar.
Ellos son nuestros verdaderos
maestros.
De la vaca aprendimos a alimentar;
de las hienas, a reír;
de los tórtolos, a amar.
Sin embargo, aún no entiendo…
¿De quién aprendimos a odiar?
¿A conquistar? ¿Y a encadenar?