más victorias que derrotas
o más derrotas que victorias
Puedes caer de rodillas ante la dicha
de un inmerecido éxito,
una victoria de otros.
O ser aplastado por el fracaso
hasta que quiebren tus huesos,
hasta que no te queden lágrimas,
mirar cara a cara al cruel destino
y alzarte contra todo mal,
toda desdicha, toda desgracia.
Es la diferencia entre
un vencedor rendido
y un perdedor triunfante.