1 de mayo de 2015

Las 4 etapas de la humanidad (infancia)


En el instante en el que te vi nacer
sentí que eras diferente a los demás,
supe que maravillas podrías llegar a hacer,
de entre los demás tú eras especial.

Comenzaste en la nada a nadar,
en la orilla saliste a respirar,
de reptar a caminar,
de desnudo a tener un manto peludo,
entre brincos, carreras y risas eras el más suertudo.

Te abriste a mi abrazo,
como si fuese sol para tu crecer,
como si fuese brisa para tu agrado.

A bípedo erguido te tornaste
a lo que a posteriori se conoció
con bastante retintín como evolución.

Sonriente me acuerdo cuando hiciste amigos
de otras razas, de otros lugares.
De tu sociabilidad encontraba atisbos.
Encantado de verte aprender
a leer, a amar,
a soñar, a saber,
y recordar a nadar.

Mas seguiste avanzando,
aprendiendo,
descubriendo,
a los demás con recelo acechando.


                 




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