Luis: Disculpa señorita, me permite pasar.
Raquel: Sí, claro. Pas... ¿Luis?
Luis: No puede ser. Raquel, ¡Qué coincidencia! No sabía que teníamos el mismo banco.
Raquel: Pues sí que es casualidad.
Luis: Han pasado muchos años sin vernos.
Raquel: Sí, ¿cuántos? ¿once?
Luis: Sí, más o menos desde el instituto. ¿Qué ha sido de ti durante estos años?
Raquel: Pues bien, acabé la carrera de derecho Cum laude.
Luis: ¿En serio? Me alegro por ti. Conseguiste lo que buscabas.
Raquel: Eso y más. Estoy en un prestigioso buffete de abogados y me estoy preparando las oposiciones para juez. Es duro, pero sé que lo conseguiré.
Luis: Vaya, es increíble que lo lleves todo a la vez.
Raquel: Bah, se hace llevadero. ¿Y qué es de ti? Te metiste en la carrera de biología, ¿no?
Luis: No, no pude al final.
Raquel: ¿Y eso? ¿No te alcanzó la nota?
Luis: No, no es eso. Verás... ¿Tú te acuerdas de Lorena Cañas?
Raquel: Ah, sí. Escuché que se tuvo que ir del instituto porque se quedó embarazada.
Luis: Pues, eso es lo que te...
Raquel: Es que menuda era. Demasiado ligera de cascos la veía.
Luis: Pues resulta que fui yo quien la dejó embarazada.
Raquel: Bueno, ligera de cascos... Más bien cariñosa... y muy buena persona. Le caía bien a todos.
Luis: ...
Raquel: ¿Entonces tú tambien dejaste los estudios?
Luis: Sí, tenía que buscarme un trabajo y ayudarla con el niño.
Raquel: Es una pena, la verdad.
Luis: ¿Una pena?
Raquel: Sí, renunciar a tus sueños por algo así.
Luis: Yo no renuncié a mis sueños. Sólo que aparecieron otros.
Raquel: No te entiendo. Tuviste que trabajar para sacar una familia a delante.
Luis: Sí, es cierto que al principio me costó. Estaba harto de volver a casa a las tantas cubierto de mierda hasta arriba, pero cuando veía a mi mujer esperándome en el salón y mi niño acostado en su camita. Era perfecto.
Raquel: Entonces estás satisfecho con tu vida.
Luis: ¿Satisfecho? Estoy feliz con mi vida. No me cambiaría por nadie ni por todo el dinero del mundo.
Raquel: Yo no tengo hijos, ni tampoco he pensado en casarme. Siempre he estado demasiado ocupada.
Luis: ¿Y eres feliz?
Raquel: He conseguido todo lo que quería. Tengo que serlo.
Luis: ¿Eso es un sí?
Raquel: Pues...oye, ¿por qué te ríes?
Luis: Esto fue lo que nos separó Raquel, eres demasiado ambiciosa para disfrutar de la vida.
Raquel: Y tú siempre fuiste demasiado apasionado para aprovecharla.
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