Hace ya 66 millones de años atrás, la Tierra fue golpeada por
un asteroide, el cual causó la extinción de los dinosaurios, gobernantes en
aquella época tan exageradamente distante, y el inicio de la revolución y
reinado de los mamíferos.
Mas, no todos aquellos enormes reptiles de dientes
puntiagudos como dagas perecieron por la catástrofe, pues varias personas han
visto o, incluso, fotografiado a un ser semejante a un dinosaurio marino en el
Lago Ness, situado al norte de Escocia.
“El agua se encontraba enturbiada cuando divisé un objeto
con aspecto rugoso, achiné los ojos y enfoqué hacia aquello que se elevaba
sobre el agua: se trataba de una cabeza grisácea. Poco a poco descubrió, parcialmente, su
cuerpo repleto de escamas, tenía un extenso cuello que sostenía una diminuta
cabeza, en proporción al enorme tronco del extraño animal. El cuerpo en sí era
nudoso y parecía áspero al tacto, con dos o tres abultaciones en la grupa (no era capaz de distinguirlas con claridad), similares
a las jorobas de los camellos.”
“Estaba incrédulo ante lo que mis ojos estaban viendo.
Pasado un tiempo, en el cual me aseguré de que mi vista no me estaba jugando
una mala pasada, aparté la mirada de aquella extensión de agua para buscar mi
móvil en el bolsillo con el fin de fotografiar a lo que parecía un dinosaurio.
Al volver a mirar, ya no estaba, lo único que quedaba de él era la agitación
del agua en forma de hondas.”
Según se cuenta dicho animal podría ser el último dinosaurio
que haya existido hasta la fecha. Un dinosaurio que se ha ocultado bajo un
oscuro manto de agua que los separaba de los ojos de la humanidad.
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