El reto que he elegido este es el número 7, que trata de hacer un relato ASMR (aunque yo lo he adaptado a verso para que sea más agradable a la vista). Un ASMR (Autonomous Sensory Meridian Response / Respuesta Sensorial Meridiana Autónoma) tiene como objetivo provocar bienestar y relajación, en el ámbito de la literatura suelen estar ambientados en la naturaleza:
El sonido sordo del viento
acaricia las briznas de hierva,
haciendo que se muevan
como si fueran las olas
de un mar en calma.
La copa de los árboles
produce un afecto de baibén
en armonía con la hierva,
haciendo caer algunas hojas al suelo.
Una, dos, tres hojas menos en el árbol.
Caen letamente como si no quisieran
dejar su hogar.
Cuatro, cinco, seis hojas más en el suelo.
Entre las hojas que yacen en el suelo,
pequeñas huellas de animales.
De ciervos, ardillas y gorriones.
De conejos, mapaches y zorros.
Las huellas se superponen,
se confunden y se entrecruzan,
una de ellas lleva
a la orilla de un riachuelo
de agua puro y transparente,
como si se tratara de cristal líquido.
El agua se mueve dibujando una serpiente.
Esa serpiente se va alargando,
se va enderenzando más y más
hasta que da un pequeño salto
desde lo alto.
El agua saltarina
se convierte en
espuma blanca
que se aplaca
al mezclarse con
el agua quieta del lago.
El lago donde animales
(pequeños, grandes y medianos,
presas y cazadores)
se toman su tiempo
para beber, un instante
en el que reina la calma.
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